Las relaciones saludables previenen la depresión en los sobrevivientes del abuso infantil

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(Reuters Health) – Los sobrevivientes del abuso infantil con relaciones de pareja estables en la edad adulta estarían protegidos de la depresión, según sugiere un nuevo estudio.

Los autores siguieron a 485 jóvenes de Rochester, NuevaYork, durante 12 años para conocer cómo la exposición alabandono o el maltrato durante la niñez influirían en lacapacidad de relacionarse con parejas de manera saludable y elriesgo de depresión.

«En nuestra muestra no hallamos evidencia de que el maltrato disminuya la posibilidad de que una persona logre una relación de pareja satisfactoria», dijo por e-mail la autora principal, Kimberly Henry, investigadora especializada en psicología y salud pública de Colorado State University, Fort Collins.


Su equipo analizó las historias clínicas de los Servicios deProtección Infantil para identificar a 99 víctimas de abusoantes de los 18 años y comparó sus experiencias con 386 personasque no habían padecido maltrato.

Al inicio del estudio, los participantes tenían 25 años enpromedio.

Las víctimas tendían a ser afroamericanos, eran hijos demadres adolescentes (antes de los 19 años) y vivían en un barriopobre con una elevada tasa de violencia. En 12 años, losparticipantes respondieron cuestionarios sobre el estado y lacalidad de sus relaciones, la salud mental y sus hijos.

Mientras que esos sobrevivientes eran más propensos a tenerdepresión, los antecedentes de maltrato no influyeron en laposibilidad de estar en pareja o en el nivel de satisfacción conla relación.

Ambos grupos eran menos propensos a padecer depresión sitenían una relación de pareja estable que los satisfacía. Lomismo ocurría con los que habían sido padres y tenían relacionesde pareja sólidas.

El tiempo de relación necesario para lograr ese efecto noinfluyó en las víctimas del abuso infantil. Pero las personasque no habían padecido maltrato necesitaban relaciones másprolongadas para prevenir la depresión.

Una limitación del estudio es el uso de cuestionarios de detección de síntomas depresivos, en lugar del diagnóstico clínico, para identificar a los participantes con dificultades mentales, según publica el equipo en Journal of Adolescent Health. Además, se desconoce si esos síntomas habrían influidoen la relación o viceversa.

Debra Kaysen, profesora de psiquiatría y ciencias conductuales de University of Washington, Seattle, señaló también que los autores no precisaron la edad a la que los participantes estuvieron expuestos a la primera experiencia traumática ni si se trataba de un hecho aislado o un problema constante.

Tampoco identificaron a los participantes con estréspostraumático (TEPT), que es común después del abuso y coincidecon la depresión.

Mientras que la mayoría de las víctimas del abuso y el maltrato se recupera naturalmente en el tiempo, Kaysen consideró que el estudio aporta una mirada fresca de un factor asociado con la salud mental en el largo plazo.

«Ahora, la pregunta es cómo podemos identificar a lasvíctimas que tendrán problemas antes que aparezcan», dijo, yaque el abuso y otras experiencias traumáticas inducen el consumode alcohol y drogas, el embarazo adolescente y otrascomplicaciones.

FUENTE: Journal of Adolescent Health, online 22 de abrildel 2015. (El Economista)

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