El abuso sexual infantil está lleno de mitos y creencias, por eso resulta tan complicado hablar de ello y poder prevenirlo. Está en todos nosotros: madres, padres, hermanos, tíos, maestros y demás, el saber cuidar y proteger a nuestros niños.
Se considera abuso sexual a todo acto por el cual un adulto obtiene gratificación sexual a costa de la integridad física y emocional de un menor.
Los mitos son:
MITO 1. Las víctimas de abuso sexual sólo son niñas
Realidad. Los niños también son víctimas de abuso sexual. Se estima que el 77% de los casos presentados son niñas y el 23% son niños. Además, las personas con discapacidad física o mental, independientemente de su sexo, tienen mayor riesgo de sufrir abuso sexual que cualquier otra persona.
MITO 2. Sólo se considera abuso sexual cuando hay penetración
Realidad. El abuso sexual no es sinónimo de violación. Algunas formas de abuso sin contacto físico son: exhibir genitales, masturbarse delante del niño o niña, espiar su intimidad, inducirlo a que se masturbe o desnude, mostrarle material pornográfico y/o hacerle comentarios obscenos.
Cuando el abuso involucra contacto físico puede darse a través de: tocamientos o frotamientos, inducir al niño o niña a que toque al agresor, penetración con dedos o con algún objeto, besos de lengua, sexo oral y/o coito anal o vaginal.
MITO 3. Los agresores sexuales son desconocidos
Realidad. Aunque nos cueste aceptarlo, gran parte de las agresiones sexuales son perpetradas por personas que la niña/o conoce (integrantes de la misma familia, amigos, vecinos). Se estima que el 80% de los casos de abuso sexual infantil se comenten en casa, por un familiar. Cifras de la OCDE establecen que en México en 27% de los casos el agresor es el padre o figura paterna del menor, en 18% el abuelo, en 16% un tío o conocido y 12% hermano mayor.
MITO 4. Los agresores son enfermos mentales o drogadictos
Realidad. La mayoría de los agresores pasan desapercibidos y aparentan ser personas agradables, atentas y respetables.
MITO 5. Los agresores sólo son hombres
Realidad. Aunque los agresores suelen ser hombres, no hay que restarle importancia al hecho de que también hay mujeres que cometen abuso sexual.
MITO 6. Sólo le ocurre a personas de bajos recursos, marginadas o desfavorecidas
Realidad. La evidencia señala que el abuso sexual infantil no es un problema específico de un estrato de la población, sino que se presenta en todas las clases sociales y niveles educativos. En las clases con mayores ingresos económicos uno de los principales factores de riesgo es el abandono emocional.
MITO 7. El abuso sexual siempre se acompaña de violencia física
Realidad. En la mayoría de los casos, el agresor utiliza estrategias como la amenaza, el engaño, los sobornos y la manipulación para impedir que el abuso sea visible para los demás y así continuar cometiéndolo sin ser descubierto.
MITO 8. Las niñas/os inventan historias cuando señalan que alguien ha abusado de ellos.
Realidad. Es poco común que un niño/a mienta sobre un tema tan delicado. Los pequeños rara vez hablan de algo que no conocen, especialmente con detalles.
Por lo general, los niños y las niñas mienten para salir de un problema, no para meterse en ellos. Si una niña o niño te confía que alguien ha estado abusando de ella o el, asegúrate de su protección y busca atención especializada.
MITO 9. El abuso sexual ocurre porque las niñas o los niños seducen a los adultos
Realidad. La diferencia de edad y poder impide al niño o niña tener una verdadera libertad de decisión. El adulto es el único responsable del abuso.
MITO 10. El abuso sexual es poco común
Realidad. Es más frecuente de lo que pensamos. La Organización Mundial de la Salud estima que un 20% de la infancia es abusada sexualmente antes de cumplir los 8 años. Por ello, la prevención es indispensable.
*Información proporcionada por Asexoría y @mamitagallina
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“Un niño informado es un niño protegido”.
